Mi blog, como yo misma, lleva en pausa y reflexión algunos meses.
Encauzar el camino, a veces no resulta fácil, tenemos dudas, ideas, proyectos, ganas.
He tenido que pararme a pensar, reflexionar y valorar qué quiero hacer y con quien.
Después de las formaciones de Bowspring en Barbados y Madrid el cuerpo me pedía reposo y calma.
¿Qué quieres hacer Daura, con toda esta información? ¿Con todo lo que estás aprendiendo desde hace años sobre el cuerpo humano, nuestro movimiento, nuestra respiración, la capacidad de sanación que tenemos dentro de nosotras mismas? ¿Qué te pide el cuerpo hacer con todo esto que ahora conoces y quieres compartir con tanta ansia desde hace ya algún tiempo?
Tras la mudanza a Aranjuez, desde Tenerife a principios de este año 2018, todo mi interés estaba en trabajar con mujeres, viviendo el auge del #metoo o #yotambien entre otros y la potencia con la que el movimiento feminista se levantaba para decir que ya basta, que las mujeres tenemos voz, estamos despertando y queremos apoyar a aquéllas que la han perdido, que son usadas y abusadas, manipuladas, violadas, apartadas, ocultadas, sentí que mi lugar estaba ahí, en la lucha constructiva, en el llamar a las cosas por su nombre. Y además me di cuenta que contaba con un gran aliado.
El Bowspring es increíblemente mágico y transformador para las mujeres. Apenas pruebas un poquito y ya puedes saborear la que se viene encima. La revolución interna, la transformación, el amor, la energía…
Yo me decía, ¿te has dado cuenta del poder que el Bowspring y toda la filosofía sridaiva, puede tener en estas mujeres que te rodean? Yo misma soy un ser transformado, regenerado. Me he descubierto una mujer más libre, más capaz, resolutiva, reflexiva, abierta y enamorada. Y sigo preguntándome ¿Sabes lo bonito que sería contribuir tu granito de arena para empoderar a tu comunidad, así como a ti misma y ofrecerles herramientas para sentirse libres, abiertas, ligeras, poderosas, capaces…?
Y luego cae el ladrillo; pero y si nada de eso es posible porque la comunidad que tengo antes mis ojos no quiere recibir, quizá no les interesa, no es el momento o una misma no hace llegar el mensaje de la manera más apropiada.
Entonces ¿qué hacer?
En mi caso continuo con paciencia y ternura el camino de compartir y abrir.
Aquí estoy, me digo a mi misma. Aquí estoy para cuando estés lista, para cuando me necesites, aquí estoy para cuando tengas preguntas y dudas. Aquí estoy para ofrecerte mi conocimiento, para escucharte, para andar juntas el camino. Somos un equipo, una familia.
¡Un beso enorme!